Si trabajas algún tiempo en una empresa que se dedica a procesos industriales, seguramente te habrás topado con varios desafíos a lo largo de los años: La adquisición de materia prima de calidad, la optimización de los procesos productivos, la confiabilidad de tus canales de distribución, entre otros.

Si aún sigues en la industria, es porque cada desafío has logrado manejarlo adecuadamente. Tus capacidades de gestión han servido para capear el temporal y mantenerte a bordo del barco. Seguramente has ganado experiencia y tu olfato del negocio se ha agudizado.

Es por eso que probablemente te das cuenta que los desafíos que se avecinan son por lo menos igual o mayores que los que has vivido hasta ahora. Hay uno sobre el cual quiero comentarte hoy y es el que se refiere a la tecnología productiva.

La tecnología en la vida diaria es evidente, con aparatos que han asumido tareas de recordación, gestión y comunicación, ahora nuestra mente “se relaja más», con las ventajas y desventajas que ello conlleva.

La tecnología en los procesos empresariales sin embargo no siempre es bien dimensionada y eso puede llevar a subestimar los cambios que debes hacer para mantener tu barco bien dirigido. Y no me refiero a tecnologías como cámaras de seguridad, computadoras en los puestos de trabajo o vendedores con tablets. Este tipo de equipos tecnológicos son ahora irrelevantes y naturales en las industrias.

La integración de información para tomar decisiones apropiadas y visualizar el desempeño de los equipos de trabajo en tiempo real ya son los diferenciadores entre las empresas que continúan un crecimiento sostenible y aquellas que se traban en la gestión cotidiana de tareas repetitivas y de control.

Por qué es tan importante esto, te preguntarás. Hay algunas evidencias que apuntan en esa dirección y te las comento aquí brevemente:

  1. Los costos de conectividad y comunicación han bajado drásticamente. Ahora se espera que todo esté interconectado y si no lo estás, tu posición estratégica empeora sustancialmente.
  2. La apertura de mercados es inevitable y ahora la competencia no necesariamente está en el mismo país, sino viene de fuera. No asumir ese reto con valentía solo hará más difícil la supervivencia.
  3. La implementación de sistemas de gestión empresarial dejó de ser una inversión prohibitiva para pequeñas empresas. Existen sistemas en la nube que pueden ser implantados en una empresa en cuestión de semanas y a la fracción del costo de hace unos años.

Un sistema como tal no brinda sin embargo la solución automática a tus requerimientos. El mejoramiento de procesos en una empresa ya establecida es indispensable para que la inversión de un sistema optimice los resultados de tu inversión.

Cuando evalúes implementar un ERP o cualquier otro sistema que integre las diferentes áreas de tu empresa, piensa siempre en que las funcionalidades del sistema cubran tus procesos críticos del negocio, como también rodéate de un equipo de profesionales que te asesoren en cómo tus procesos puedan optimizarse.

Recuerda que hoy más que nunca, la tecnología en los procesos productivos está asumiendo un rol protagónico y depende de tu visión y coraje para realizar el giro de timón que tu barco requiere para continuar su navegación por mucho tiempo más.